lunes, 30 de noviembre de 2015

BENDITO PRETÉRITO IMPERFECTO INDICATIVO

"Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios" - 1 Corintios 6:11

    Si existe una palabra hermosa en el Nuevo Testamento es el pretérito imperfecto indicativo del verbo "ser" en la segunda persona del plural, "erais"; y en forma particular en referencia a la mención de la vida pasada sin Cristo como aparece en nuestro texto. Queda claro que cuánto más profunda ha sido la conducta anterior sin tener en cuenta a Dios, tanto más se aprecia la realidad en el presente del perdón y la transformación que el evangelio ha llevado a cabo. Toma nota lector, en qué contexto inmediato el apóstol Pablo emplea la expresión "y esto erais algunos". "No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios" (1 Cor. 6:9-10) ¿Acaso no es motivo de inmensa admiración, gratitud y regocijo? Ciertamente que sí.
    ¿Estás en la lista? Pues debes saber que ni un solo registro, legajo o documento intimatorio queda en los archivos divinos que pueda traer en el presente o en el futuro las cosas que fueron un asunto de práctica habitual en el pasado en las vidas de hombres y mujeres transformados por el evangelio, incluyendo la tuya. No hay diferencia para Dios lo que hayas sido en el pasado, porque Dios salva al pecador de cualquier tipo de pecado y de todo tipo de pecado. 
    Ocurren tres cosas al momento de ser perdonados los pecadores; "son lavados, lo cual habla de una nueva vida; son santificados, lo cual habla de una nueva conducta; y son justificados, lo cual habla de una nueva posición delante de Dios." (MacArthur) ¡Qué realidad más increíble pero absolutamente ciertísima! La garantía de esto no es ni más ni menos que la plenitud de la deidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, pues dice el texto que todo esto ha ocurrido "en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios" ¿Acaso no hay motivos suficientes y vastos para honrar a Dios? 
    Solo resta decir que la única manera en que todo esto pueda ser la experiencia viva y personal de un individuo,  es que verdaderamente exista un pretérito imperfecto indicativo de sus pecados. "Erais" no puede seguir siendo "Eres", o "de cuando en cuando". Si tu vida no refleja la transformación que Jesús hace en los corazones y vidas de los pecadores, es porque tu conocimiento del perdón es meramente intelectual, pero no experimental; y vives en un "presente indicativo" que todavía requiere de arrepentimiento y regeneración.

¡Dios te bendiga!

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domingo, 29 de noviembre de 2015

¿QUIÉNES SON LOS LOCOS?

"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios" - 1 Corintios 1:18

    El evangelio es la particular revelación de Dios cuyo mensaje central es la encarnación de Cristo y su posterior muerte por medio de la crucifixión. La Biblia declara que este mensaje es "la palabra de la cruz"; que afirma que el pecador puede ser regenerado, perdonado y transformado por medio de esta obra completa y sublime que Dios ha llevado a cabo hace ya más de dos mil años. Que la salvación del hombre y su justificación delante de Dios, sean posibles solamente como resultado de la muerte violenta, sangrienta y vergonzosa de su propio Hijo y no por algún otro medio más "respetable"; es, sencillamente, una idea "estúpida" (vocablo griego para "locura") para el ser humano. ¿Acaso no se puede alcanzar la paz con Dios por intermedio de un profundo desarrollo de la sabiduría? ¿No será más factible lograrlo a través de alguna mística milagrosa que incluya meditación y una disciplina integral? ¿En serio que la cruz es el único medio divino para restaurar al hombre de su pecado? ¡Es una locura! ¡Y todos los que creen esto son locos también!
    Este es el razonamiento del hombre sin Dios, estimado lector; y de una forma o de otra también es el tuyo en la medida que continuas rechazando este mensaje que la misma Biblia define como "sabiduría de Dios" (1 Cor. 1:24). El pasaje de este día nos dice que mientras los que se pierden ven la cruz como una locura, los que se salvan la ven como el poder de Dios. ¡Excelente noticia! ¿Por qué razón? Pues porque por un lado revela cuán profundamente sin esperanza es la situación del hombre sin Cristo, que hizo necesaria una muerte y castigo tan grande sobre el mismo Dios-Hombre; y por el otro lado demuestra lo efectiva y definitiva que es la muerte de Jesús en la cruz.
    Entonces ¿quiénes son los locos? ¿Los que reciben y aceptan este sacrificio y esta obra como el camino a una justificación de otra manera imposible de tener; o aquellos que lo rechazan y menosprecian por tildarlo poco racional? La más grande estupidez, necedad o locura que puedes cometer en toda tu vida es desechar el poder y la sabiduría de Dios estampada en el Calvario en la muerte de su Hijo. No es extraño que el mismo apóstol Pablo dijera de quienes no tuvieron en cuenta a Dios en sus vidas que "profesando ser sabios, se hicieron necios" (Ro. 1:22). Lector, tú eres loco, no los que han abrazado el evangelio; no dejes que esta locura se transforme en una condenación definitiva ya que "está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (He. 9:27).

¡Dios te bendiga!

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sábado, 28 de noviembre de 2015

TIRANDO PAREJO DE VERDAD

"Y (Apolos) comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios" - Hechos 18:26

    Cuando escuchamos historias de matrimonios donde un hombre y una mujer han construido una vida, han formado un hogar y han alcanzado logros notables; casi siempre oímos también el testimonio unánime de ambos, o bien de allegados que conocen a la pareja, y que pueden decir con propiedad que todo lo que han logrado fue posible porque siempre "tiraron parejo". Una manera de decir que por lo general siempre tuvieron en claro los mismos objetivos. Si hay un área donde un matrimonio tiene que apuntar a la misma meta es en lo que concierne al conocimiento y el uso de la Palabra de Dios en sus vidas y en las vidas de los que los rodean.
    Priscila y Aquila fueron un ejemplo especial de esto último. Quienquiera que lea el contexto del pasaje del día de hoy, se sorprenderá del valor de ellos, de la firmeza y la seguridad con que este matrimonio trataba los asuntos espirituales. Ni siquiera el mismísimo Apolos a quien la escritura describe como "varón elocuente, poderoso en las Escrituras... de espíritu fervoroso, (y que) hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor" (Hch. 18:24-25), pudo pasar por alto el escrutinio y la corrección celosa de esta pareja piadosa. Este matrimonio temía a Dios, no a los hombres.
    Lo que no es posible ignorar en este asunto es que ambos tuvieron que adquirir el conocimiento de la palabra de Dios de manera individual pero con la misma calidad e intensidad de espíritu. Ellos no tenían un conocimiento general de la escritura, sino uno que apuntaba siempre a la perfección. Lucas dice que ellos expusieron a Apolos el camino del Señor más "exactamente"; que en el griego comunica lo que sería el resultado de haber inquirido con diligencia en un asunto (cp. Hch. 23:15, 20; Hch. 24:22), en este caso en la palabra de Dios.
    La iglesia de Cristo siempre estará agradecida a hombres y mujeres como Aquila y Priscila; matrimonios que por sobre todas las cosas pueden detectar falencias y limitaciones bíblicas o errores doctrinales en otras personas. Esta clase de matrimonios que no tiene que pedir permiso para corregir errores que minimizan a la Biblia o el mensaje que ella presenta. ¿Quieres en verdad tirar parejo con tu cónyuge? Si lo has hecho para construir una vida con la ayuda del Señor, ¿por qué no hacerlo ayudando a otros con la palabra de Dios? Quizá puedes abrir tu hogar para discipular a otros o aclarar dudas de la escritura a quien lo necesite. Pero sobre todo, se un esposo o esposa que inquiere en la palabra, esto hará posible que seas un instrumento útil para Dios.

¡Dios te bendiga!

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viernes, 27 de noviembre de 2015

LA PÁGINA IMPORTANTE

"Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis" - 1 Tesalonicenses 3:4
"tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis" - 2 Tesalonicenses 1:4

    Te compras un libro, y en tu entusiasmo por comenzar a leerlo puede que tengas la tentación de pasar por alto esa o esas páginas que tienen como título, "Prólogo"; ese texto que el autor u otro ha escrito con el fin de orientar a los lectores en lo que será el contenido del resto de la obra. Créelo o no, te ayudará a ahorrar tiempo en la comprensión de todo lo que viene después.  Cuando Pablo estuvo con los nuevos convertidos de Tesalónica y mientras permanecía con ellos les advirtió qué clase de circunstancias eran las que atravesarían por ser cristianos. La palabra que se traduce en castellano como "predecir" es el griego "προλέγω : prolégō" (prólogo) y expresa adecuada y eficazmente el mensaje que los tesalonicenses y todos los creyentes necesitan recordar: La tribulación no es un asunto opcional para los hijos de Dios. 
    Cuando Pablo y Bernabé regresaban de su primer viaje misionero a su iglesia local, visitaron a los hermanos de varias ciudades "confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios" (Hch. 14:22). Jesús también lo dijo a sus discípulos y les habló acerca de "cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra" (Mr. 4:17); y comenzó su sermón del monte incluyendo el tema en las bienaventuranzas, "bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mt. 5:10). De manera que Pablo hizo bien en darles a "leer" este prólogo a los hermanos de Tesalónica; porque cuando un hombre o una mujer pasan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios, comienza una batalla espiritual ineludible que no finalizará hasta que el creyente esté en la presencia de Dios. 
    Unos pocos meses después, Pablo escribió nuevamente a los hermanos y les expresó su gozo por el ejercicio de la fe y la paciencia que ellos tenían en todas sus persecuciones y tribulaciones que soportaban airosamente. De modo que los pasajes de hoy nos dan el prólogo de nuestra vida espiritual y asimismo las armas que permiten soportar productivamente aquello que es imposible evitar por causa de nuestra identificación con Cristo. ¿Cómo vas llevando tu cristianismo? ¿Te desaniman las tribulaciones? ¿Nunca te dijeron que esto era inevitable? Te conviene leer la página del prólogo otra vez, "En el mundo tendréis aflicción" (Jn. 16:33b) y pensar en las promesas, "Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" (Ro. 8:18) 

¡Dios te bendiga!

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jueves, 26 de noviembre de 2015

UNA SANA COSTUMBRE

"Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo." - Hechos 17:1-3

    El apóstol Pablo, que escribió dos veces en sus epístolas sobre la importancia de usar y aprovechar bien el tiempo (Ef. 5:16; Col. 4:5), sabía muy bien poner en práctica lo que enseñaba. En sus viajes misioneros no perdía tiempo para averiguar dónde comenzar a hablar de Cristo, y por eso adoptó la buena costumbre de dirigirse a la sinagoga local el día de reposo; era una buena práctica que emulaba al mismo Señor Jesucristo de quien se dice que "vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer" (Lc. 4:16). Cuando tocó el turno de la sinagoga de Tesalónica, el apóstol no cambió su estilo.
    Pablo hizo tres cosas que en la gracia de Dios permitieron el nacimiento de una iglesia en esa ciudad europea. En primer lugar tuvo constancia; por tres semanas seguidas asistió al mismo lugar, estuvo en contacto con la gente y participó con ellos de la actividad establecida. En segundo lugar, el misionero a los gentiles se acostumbró a discutir con ellos; la palabra discutir proviene del griego "dialégomai" que significa "dialogar" y esto incluyó el intercambio de preguntas y respuestas con los presentes partiendo desde la misma palabra de Dios.  Y en último lugar, Pablo declaraba y exponía estas mismas Escrituras del Antiguo Testamento acerca de todo lo que decían de Cristo y sus sufrimientos; es decir que abría la palabra con claridad y sencillez y la utilizaba para mostrar las evidencias divinas acerca de Cristo.
    En esta sana costumbre de Pablo su único interés era que Cristo sea dado a conocer; su determinación y orden y su claridad de propósitos sumado a la obra del Espíritu Santo, dio como resultado la salvación de muchas almas en Tesalónica. A menudo perdemos tiempo porque no trazamos concretamente nuestras metas para alcanzar a los que no tienen salvación; el ejemplo del apóstol podría ayudarnos a clarificar lo que debemos hacer. Tómate el tiempo para estar con la gente , y cuando se hable de religión o de cualquier aspecto que evoque asuntos espirituales, usa la Biblia para crear un diálogo y generar preguntas que te permitirán usar la misma palabra de Dios para mostrar a Jesucristo. Lamentablemente, muchos cristianos se involucran en discusiones vanas y sin provecho que usualmente cierran las puertas a un testimonio simple y preciso de la cruz y del mensaje del evangelio. Puede que hoy medites en este asunto y comiences a desarrollar una provechosa costumbre que le dará a otros la oportunidad de escuchar de Jesús sin vueltas y al punto.

¡Dios te bendiga!

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miércoles, 25 de noviembre de 2015

UNA PARTERA, POR FAVOR

"Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros" - Gálatas 4:19

    Toda madre sabe lo que son los dolores de parto, incomparables a cualquier otro dolor según el testimonio de muchas de ellas. Cierto es que poco recuerdan los dolores una vez que la criatura ha nacido y una inmensa felicidad también incomparable las llena por completo. Si le preguntaras a esa madre si en algunas semanas quisiera volver a experimentar ese dolor, de seguro te diría que no; el bebé ha nacido y ya no desea recordar más ese momento ingrato. 
    En el pasaje de hoy, es la única vez que el apóstol Pablo se compara a una madre que ha dado a luz hijos; los gálatas eran sus hijos espirituales y la labor del apóstol al presentarles a Cristo crucificado de manera clara y contundente (Gál. 3:1) fue como un trabajo de parto. Pero estos hermanos dejaron prontamente el evangelio de la gracia para correr detrás de un evangelio legalista que les insistía que aparte de Cristo, necesitaban de sus esfuerzos para asegurarse la salvación.
    Ahora Pablo vuelve a sufrir dolores de parto, pero no por la salvación de ellos sino por la inmadurez que experimentaban y el legalismo al que neciamente se habían sometido. Para expresar su gran preocupación y dolor, el apóstol utilizó una palabra única en el Nuevo Testamento, aunque tiene similitud con otras que aparecen en algunos de sus escritos. La palabra "formar" (Gr. morpho), y que significa "un cambio de carácter o conducta que corresponda con la condición espiritual interna existente en la persona de manera que halla una conformidad moral a Cristo." (Vine). Pablo habló de sus dolores de parto sufridos por su anhelo de que esta formación sea concretada en los hermanos de Galacia. 
    Toda vez que un cristiano vuelve sus pies en procura de hacer ciertas cosas para obtener el favor de Dios y la seguridad de perdón, se encuentra en un estado de absoluta inmadurez que profundiza la necedad en el corazón. Asimismo hurta la paz que la gracia otorga y entristece el alma de pastores y maestros del evangelio, que dan su vida y su tiempo para exponer la palabra de manera que Cristo sea la perla de gran precio para los cristianos siempre, sin agregados. No solamente sufrió Pablo para llevarles el evangelio, también sufrió para que maduren en la fe.  
   ¿Eres tu uno de los que hacen que tu pastor o maestro esté en trabajo de parto nuevamente? ¿Causas dolor por menospreciar la gracia y por no disfrutar dos de las mas bellas palabras que Cristo dijo: "Consumado es" (Jn. 19:30)?  Vuelve a meditar en ellas, deja que el Espíritu Santo implante esta verdad en tu mente y corazón; disfruta de la libertad del Calvario y sirve al Señor con temor y temblor debido a semejante seguridad. Alivia el trabajo de tu pastor creciendo, madurando, apreciando y proclamando las virtudes de la cruz y la gracia de Dios.

¡Dios te bendiga!

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martes, 24 de noviembre de 2015

EVANGELIO DE GRACIA, NO DE STAND-BY

"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo." - Gálatas 1:6-7

    Una palabra era la corona de Pablo al predicar el evangelio; la palabra "Gracia" descrita acertadamente como "favor inmerecido y espontáneo de Dios, operando de manera gratuita y otorgando salvación a pecadores culpables" (D. Martyin Lloyd-Jones). Para el apóstol, esta palabra no podía jamás separase del vocablo "Evangelio" (buenas nuevas) cuando se predicaba las buenas nuevas de Cristo. Y estaba maravillado de los gálatas y con razón, porque habiendo escuchado el mensaje que les presentaba a Cristo crucificado; ahora seguían buenas nuevas diferentes, costosas, pesadas y que los esclavizaban penosamente. Ellos vivían perturbados y bajo la influencia de una perversión teológica, como muchos hoy.
    Ni bien excluyes el término "gracia" del mensaje de salvación, deja de ser el evangelio de Cristo para transformarse en un serie de normas y principios a cumplir para, de alguna manera, acceder a una esperanza futura donde Dios se agrade de nosotros para justificarnos. La razón por la que este tipo de mensaje ha tenido, tiene y tendrá adherentes es que los que lo abrazan encuentran agradable la idea de pensar que pueden ganarse el favor y la salvación de sus almas. Siempre es tentador utilizar hojas de higuera (Gn. 3:7) para cubrir la culpabilidad y así favorecer el orgullo de saber que se puede obtener justicia por mérito propio. Pero el evangelio de Cristo es el evangelio que salva y es un evangelio de gracia pura, todo lo hace Dios y nada hace el hombre. El impacto que produce el Espíritu Santo con esta verdad en el corazón, lo regenera, lo justifica y lo capacita "para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Ef. 2:10)
    La insistencia de tantas iglesias para que las personas confíen en Jesús y "hagan el resto" para ser salvos, no es otra cosa que la religión de obras de Caín, un desmerecimiento de la obra de Jesús en el Calvario y el menosprecio a la completa y absoluta regeneración del Espíritu de Dios; en aquellos que se arrepienten de sus pecados y ponen su confianza en Cristo. Tu eres salvo completa y definitivamente por la gracia de Dios o aún estás en tus pecados y vas camino a la eternidad sin justicia divina, no hay punto intermedio. No se puede vivir en stand-by. El mismo Pablo lo escribió a la iglesia en Roma, "Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra." (Ro. 11:5-6)
   ¿Has creído en el evangelio de la gracia de Dios? Si no lo has hecho, quizá esta breve meditación quiera Dios usarla para abrir tus ojos a la verdad, y el camino seguro al perdón y la paz para tu alma. 

¡Dios te bendiga!

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lunes, 23 de noviembre de 2015

SMS: "¿QUÉ TAL? ¿CÓMO ESTÁ?"

"Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están" - Hechos 15:36

    Vivimos en un mundo donde todas las personas piensan en sí mismas y en sus propias necesidades; la marcada inclinación al egoísmo y al cuidado y provecho personal se hacen evidentes en todos los ámbitos y conjuntos de la sociedad; familia, amigos, trabajo, etc. Esta es una de las áreas más remarcadas donde el cristianismo bíblico demuestra la distinción que lo caracteriza como único ejemplo de la vida de Dios en él, es decir, el interés en el prójimo. El apóstol Pablo consideró una necesidad conocer el estado y la condición en que se hallaban los nuevos creyentes; su ministerio de predicación del evangelio indicaba cómo amaba a Dios con todo su corazón, con toda su alma, mente y fuerzas. Pero su preocupación por los hermanos en todo lugar donde llevaron la palabra, eso mostraba que amaba a su prójimo como a sí mismo. 
    La expresión del apóstol es sencilla y a la vez profunda; sencilla porque muchos creen que si no tienen algo que dar o decir o compartir con los hermanos, entonces es mejor ni aparecer o no molestar. Pero Pablo simplemente quería saber cómo estaban ellos, es una preocupación tan básica que merece ser destacada y recordada, porque no hay una sola persona que no aprecie que otro le pregunte sinceramente cómo está, cómo se siente, cómo le ha ido, etc. También era una expresión profunda la del apóstol porque él deseaba "ver" cómo estaban, y eso indica la necesidad de observación presencial, no solamente adquirir conocimiento sino mirar para tomar pasos de acción conforme a las posibilidades lo requieran. ¿Qué vería Pablo? ¿Necesidad de ánimo, de exhortación o de estímulo, o de corrección? ¿Acaso vería necesidades físicas, emocionales, o de alguna otra índole? La presencia de alguien preocupándose por otro siempre es un paso importante para el desarrollo espiritual del prójimo.
    ¿Cuánto hace que formas parte de una congregación y sólo vas siempre esperando recibir algo de otros? ¿Has pensado en la importancia de dar, de preocuparte por los demás? Algunos siempre están esperando que otros piensen en ellos, pero nunca se ocupan de pensar en los demás. La tecnología de hoy en día nos permite incluso la facilidad de enviar un SMS ("Short Message Service" o "mensaje de texto") a cualquier persona. Un simple "¿qué tal? ¿cómo está?", puede ser de gran ayuda para otros que lo necesitan. Sí, es más bienaventurado dar que recibir (Hch. 20:35), y se puede comenzar con una simple pregunta o acercamiento que involucre interés en la situación del prójimo. Esta es una de las marcas que hace del cristianismo la diferencia con cualquier religión, "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Jn. 13:35). Anda, ve a cargar crédito y manda ese mensaje de texto que alguien está esperando recibir de ti. 

¡Dios te bendiga!

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domingo, 22 de noviembre de 2015

NO IMPORTA DÓNDE SE CORTE

"Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos" - Santiago 2:10

    Imagina que te encuentras colgado de una cuerda con diez nudos que te sostiene de caer al vacío pero que se está por cortar, y tu piensas "Ojalá se corte en el primer nudo, porque si se corta en el noveno, no voy a tener esperanza de salvarme" ¡Qué tontería! No interesa dónde se corte la cuerda, de todas manera no podrá evitar la caída o hacerla menos trágica, ¿verdad? Este es, sin embargo, el tipo de razonamiento que poseen muchas personas con respecto a la esperanza que tienen de cómo serán vistos en la presencia de Dios cuando piensan en qué han cumplido y qué no han cumplido de los diez mandamientos. Algunos están seguros que saldrán airosos porque bueno, no han matado a nadie, o jamás han cometido adulterio; han mentido, eso sí, pero incluso sus mentiras nunca tuvieron la envergadura de las mentiras de otras personas. Lo que no entienden estas personas es que los diez mandamientos representan el carácter de Dios y su opinión sobre el pecado y que conforman una unidad básica e inseparable. 
    Cuando Santiago escribió su epístola (carta) les mostró en este punto que aunque no todos los pecados llegan a hacer el mismo daño, sin embargo "todos, sin excepción destruyen la unidad y convierten a los hombres en transgresores" (MacArthur). Claro que no es lo mismo el adulterio que la mentira, pero a la hora de establecer la culpabilidad del ser humano ante Dios, cualquier quebranto de la ley de Dios tendrá el mismo veredicto. De manera que a esta altura de nuestra explicación de hoy, entendemos que tal y como dice la Biblia, "todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Ro. 3:12)
    El resultado de quebrantar la ley es la condenación porque Dios no admite fallas; luego si tratas de justificarte para enmendar lo que has quebrantado será tan inútil como procurar unir la cuerda una vez que se ha cortado y estás cayendo al vacío. Sólo una cosa es segura, la muerte; "porque la paga del pecado es muerte" (Ro. 6:23). La meta en el mensaje de Santiago es que entiendas que la culpabilidad es un asunto establecido para todo ser humano, no importa qué es lo que este haya quebrantado; eso te incluye a ti indefectiblemente, "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Ro. 3:23). Ahora, si quieres saber cómo enfrentar semejante situación, debes recurrir a Jesucristo quien jamás en toda su vida quebrantó un solo mandamiento de Dios, él posee una cuerda de diez nudos que está completa, y su justicia es la que te ofrece a ti. La culpa de tu quebranto de la ley y la paga de tus pecados fue cargada sobre su cuerpo en el Calvario; Dios no pasó por alto tu culpabilidad, la colocó sobre Jesucristo, para que él pueda colocar sobre ti su propia justicia. "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Cor. 5:21). Toma su justicia, es una cuerda intacta.

¡Dios te bendiga!

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sábado, 21 de noviembre de 2015

¿QUIÉN HAS DICHO QUE LO HIZO?

"Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles" - Hechos 14:27

    Está allí a flor de piel y a la puerta de nuestros labios siempre; surge naturalmente como la salida del sol cada mañana, está en todos los corazones de los hombres desde que nacen. Es la inclinación natural al deseo de recibir el reconocimiento ajeno, el crédito por el esfuerzo y la gloria por los logros obtenidos cualquiera sea el ámbito al que se refiera. Pero algo ocurre cuando la regeneración se lleva a cabo en un ser humano; una nueva intención es parte del alma y el Espíritu de Dios inclina la balanza del corazón hacia la necesidad de darle a Dios el lugar que le corresponde por cada acto realizado en su nombre. 
    Pablo y Bernabé regresaban de lo que fue un primer viaje misionero exitoso bajo la comendación de la iglesia de Antioquía; el ministerio realizado bajo la dirección y guía del Espíritu Santo incluyó la predicación del evangelio en Chipre, atravesando toda la isla (Hch. 13:4-6); la reprensión y juicio espiritual sobre la vida de un mago que estorbaba la predicación del evangelio (7-11); la conversión del procónsul de la isla (12); una extensa exposición de las escrituras en Antioquía de Pisidia que dio como resultado la conversión de muchos y la posterior consternación de toda la ciudad (14-52). También disfrutaron de la conversión de muchos en Iconio por la palabra y la manifestación milagrosa (14:1-4); padecieron persecución por causa del Señor (5-7); efectuaron una sanidad increíble a un hombre que jamás había caminado en su vida (8-10); resistieron la falsa atribución que les hicieron de ser deidades mitológicas y persistieron entre la multitud exhortándoles a dejar esas vanidades (11-18); y finalmente un duro apedreamiento sobre Pablo no impidió que siguieran anunciando el evangelio, confirmando a los hermanos e incluso establecer ancianos (19-23). Cuando regresaron a su iglesia en Antioquía ¿qué podrían decir? ¿acaso no habría lugar para un poco de crédito personal por todo lo realizado? Nada de eso, los hombres enviados por el Espíritu Santo dan la gloria a Dios confesando que él obró a través de ellos.
    Años más tarde Pablo escribiría a los Corintios, "Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido?" (1 Cor. 4:7); y más adelante "antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo" (15:10) Es triste, molesto y desagradable cuando cualquiera que ha dedicado tiempo, dones, dinero o lo que sea para el servicio del Señor, luego se atribuye la gloria, la honra y el reconocimiento que solamente le pertenece a Dios; "Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria"... (Is. 42:8) ¿Acaso eres tu uno de los que espera oír tu nombre en un culto de adoración, o al final de un campamento, o de parte de otros hombres como quien debe ser reconocido públicamente? ¿Añoras ese tipo de espectáculo? ¿Quieres que todos sepan que tú hiciste esa hermosa cartelera en el templo? ¿que tú fuiste quien pintó los bancos tan prolijamente? ¡Qué pobre eres y qué desdichado si es así! 
    Ninguna otra mejor recomendación hay para individuos de esta clase que la que el mismo apóstol Pablo dio a la iglesia de Colosas en dos oportunidades, "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él." (3:17); "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres" (3:23); a los Corintios también, "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Cor. 10:31); y luego el apóstol Pedro, "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén" (1 Pe. 4:11)

¡Dios te bendiga!

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viernes, 20 de noviembre de 2015

EXPERIENCIAS FORMATIVAS

"Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando... Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusalén, llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos" - Hechos 12:12, 25

    Es sabido que las impresiones que una persona recibe en su niñez y en su adolescencia juegan un papel importante en la formación del carácter y en decisiones futuras. Juan Marcos, el evangelista fue uno de ellos no hay duda alguna. ¡Qué impacto habrá hecho en su vida todo ese grupo de personas reuniéndose habitualmente en su casa para orar! Uno tras otro entraban los hermanos y puestos de rodillas oraban sin cesar; su madre María abriendo las puertas de su hogar para recibir tantas personas que clamaban a una voz por la vida del apóstol Pedro, preso por causa del evangelio de Cristo. Todo lo que oyó, vio y experimentó le dieron una proyección espiritual que eventualmente lo colocó en la mira de su tío Bernabé y del mismísimo apóstol Pablo quienes decidieron llevarlo a la obra del ministerio. Juan Marcos tuvo sus vaivenes y momentos de fracasos y temores, pero finalmente y con el paso del tiempo y seguramente recordando su herencia de experiencias piadosas en su hogar; el Espíritu Santo deja constancia en su palabra que llegó a ser un hombre útil para Cristo (2 Ti. 4:11).
    No sabemos nunca lo que Dios puede hacer con niños y jóvenes que viven experiencias en ambientes piadosos; quizá tú eres uno de los que han abierto su hogar a ciertos aspectos de la obra del Señor, o se han privado de libertades para recibir personas y hacer de la casa un centro espiritual. Tus niños han tenido que ceder su cuarto tantas veces a los visitantes que llevaban la palabra de Dios cuando tu los hospedaste sin recursos pero con amor por el Señor. La casa se ha visto impedida de tener un horario habitual y parejo porque se ha usado para extender el evangelio; si hubo niños o adolescentes observando, ¿quién sabe lo que el Señor puede hacer con ellos pronto? ¿No estarás formando un Juan Marcos en tu propia casa? Quizá, y entonces todas esas limitaciones que tuviste habrán sido por demás provechosas.
    Nunca subestimes las impresiones que dejan en los jóvenes las acciones más sencillas y puramente piadosas y de servicio por amor del nombre del Señor, ellas darán fruto a su tiempo. Aquella noche, en casa de María cuando Pedro se hizo presente en medio de la iglesia reunida en ese lugar para orar sin cesar por él, esa misma noche Juan Marcos supo que Dios oye la oración de su pueblo y que sí algo valía la pena en la vida era dedicarla para servir en la causa del evangelio. Una madre egoísta y más preocupada por una casa limpia y sin gente que moleste, quizá habría dejado un ejemplo de pulcritud y privacidad, pero nunca hubiera formado un misionero de Cristo.

¡Dios te bendiga!

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jueves, 19 de noviembre de 2015

NADA DE PRIMOS, SOLAMENTE HERMANOS

"Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo" - Hechos 9:17

    Si en el cielo hay gozo porque un pecador se arrepiente (Lc. 15:7), aquí en la tierra es una dicha incomparable el momento en que la iglesia puede llamar "hermano" a quien ha sido perdonado de sus pecados e introducido en el cuerpo de Cristo. Si recordamos que el Señor Jesucristo "no se avergüenza de llamarlos hermanos" (He. 2:11) a quienes ha santificado, entonces este título familiar adquiere un valor y peso que no es posible medir, ya que significa un lazo que tendrá una continuidad eterna. Y cuanto más dura ha sido la historia pasada del pecador perdonado, tanto más dulce, solemne y extraordinario es el momento en que por vez primera oye que le dicen "hermano" personas con quienes jamás tuvo antes relación alguna pero que ahora le parece que los ha conocido siempre.
    Palabras más, palabras menos; debe haber sido absolutamente sublime el momento cuando Saulo oyó por vez primera que le decían "hermano" pero en la voz de uno de aquellos a quienes perseguía hasta la muerte, un cristiano ahora, igual que él. No escuchó una clase de teología, ni una serie de principios doctrinales, ni tampoco una lista de requisitos que se supone un creyente debe tener en su haber luego de su conversión. Nada de eso, simplemente Ananías abrió su boca para decir la palabra que lo identificaba a Saulo con el mismo Padre que él tenía. El discípulo de Damasco debió lidiar al principio con la posibilidad de identificar a Saulo como su hermano en la fe, pero su corazón tierno le llevó a responder inmediatamente al mandato del Señor, "El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste"... (9:15a). Saulo, por su parte, probablemente luchó con la necesidad de aceptar ser llamado hermano pues su pasado, en un sentido, le persiguió toda su vida; él dijo años después, "habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador" (1 Ti. 1:13) Pero el vínculo había sido creado en el Calvario. Ninguna historia pasada, de ningún tipo de nivel espiritual y moral puede evitar que dos personas se vean como "hermanos" cuando han sido salvos por Jesucristo.
    Una palabra de advertencia, sin embargo, es necesario expresar; pues tanto como maravilloso es el término "hermano" cuando es usado en el marco doctrinal y práctico que autoriza la Biblia; también lo es de peligroso, dañino, fuente de confusión y distorsión de la verdadera gracia cuando se llama "hermano" a quien no lo es. En la iglesia de Cristo no hay primos, solamente hermanos. Iglesias enteras han enviado personas a una condenación eterna por llamar hermanos a quienes no lo eran y por vincular el término con personas que nunca tuvieron del Espíritu de Dios la libertad de decir "¡Abba , Padre!" (Gál. 4:6); individuos que hubieran precisado que se les recordara mejor lo que Jesús dijo a sus contemporáneos religiosos, "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer" (Jn. 8:44). ¿Eres "hermano" de otros cristianos? ¿Puedes llamar a otros de esa manera? Hay una sola forma de hacerlo, siendo hijo de Dios "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Jn. 1:12)

¡Dios te bendiga!

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miércoles, 18 de noviembre de 2015

HACIENDO PREGUNTAS PERTINENTES

"Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo:Pero ¿entiendes lo que lees? El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él" - Hechos 8:29-31

    Felipe el evangelista hizo la pregunta correcta, sin pérdida de tiempo y enfocada en el asunto principal; "Pero ¿entiendes lo que lees?" Es que el funcionario eunuco que el Espíritu Santo puso en el camino de Felipe estaba tan cerca y a la vez tan lejos aún de la salvación y el perdón de pecados. Estaba cerca porque se encontraba leyendo la escritura, y es ella la que provee el conocimiento de la salvación, la palabra de Dios es viva y eficaz y por medio de ella cualquier persona puede ser renacido espiritualmente y pasar de muerte a vida, "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida" (Jn. 5:24). Pero el eunuco, también se encontraba lejos de esta salvación aún porque la lectura de la palabra de Dios en sí no provee la salvación si no se tiene entendimiento de ella, algo que solamente el Espíritu Santo puede otorgar; lo dijo Jesús a los judíos "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" (Jn. 5:39) Por eso Felipe hizo la pregunta adecuada ya que el mensaje de las buenas nuevas ha de ser comprendido para que pueda ser creído. 
    Pero también el eunuco hizo la pregunta que debía hacer, porque reveló su absoluta incapacidad para entender por sí mismo el mensaje que la palabra de Dios comunicaba, "¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare?" La ayuda para él llegó desde la exposición del mismo pasaje que estaba leyendo, "Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús" (8:35). El eunuco estaba buscando la verdad y la encontró; Felipe estaba anunciando la verdad y la explicó. 
    Si conoces a Jesucristo personalmente, si has recibido la salvación que él ofrece; entonces debes hacer las preguntas correctas a las personas que están buscando la verdad, quienes están leyendo la Biblia porque creen que allí se encuentra lo que necesitan; en tu trabajo, familiares o amigos. Y debes poder guiarlos a entender el mensaje de la redención desde aquello que se encuentran leyendo en la escritura.  Por otro lado, si tu eres uno que carece de paz y seguridad de perdón de tus pecados, entonces también debes preguntar correctamente; preguntas que demuestren que estás dispuesto a comenzar de cero, que indiquen tu incapacidad de entender aparte del hecho de que Dios te de su entendimiento para ver a Jesús en su palabra; pregúntale al pastor de la iglesia a la que has comenzado a asistir, o a ese compañero de trabajo que te ha animado a leer la Biblia, o el vecino que siempre te invita a su iglesia. 
    Unos deben preguntar para guiar, otros deberán hacerlo para ser guiados; pero felizmente, cuando ambas personas se relacionen, un pecador perdonado y un pecador perdido descubrirán que preguntar correctamente abre las puertas correctas para entender el mensaje del evangelio de la gracia de Dios. 

¡Dios te bendiga!

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martes, 17 de noviembre de 2015

VIENDO Y OYENDO

"Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" - Hechos 4:19-20

    Consecuente con el inicio del libro de los Hechos donde Lucas documentó en detalle que las cosas que escribió a Teófilo sobre Jesús eran las que él comenzó a "hacer y enseñar"; ahora continua mostrando que los apóstoles que lo contemplaron justamente "haciendo y diciendo" eran quienes no podían dejar de contar lo que "vieron y oyeron" Ellos lo veían cuando hacía y lo oían cuando hablaba.  La autoridad de Cristo en sus obras y palabras mostraban su identidad divina de manera indiscutible, pero eso no era un fin en si mismo sino un medio para que creyeran en él como él mismo lo dijo, "creedme por las mismas obras" (Jn. 14:11) y también, "hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre" (Jn. 20:30-31)
    Estos hombres enseñados por Jesús durante tres años fueron testigos poderosos de la obra de Cristo, la resurrección y el perdón de pecados; ahora como heraldos autorizados del evangelio de la gracia ellos no pueden dejar de decir lo que vieron y oyeron. Ver y oír a Jesús en su palabra es algo que no se puede dejar de decir. Vidas transformadas son vidas que proclaman y esto no es otra cosa que obediencia a Dios. Nunca cambió la filosofía de los apóstoles muchos años después, y cuando Juan escribió su primera epístola con toda probabilidad recordaba este momento en que fueron amenazados para no hablar y dijo, "Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn. 1:1-3)
    No podían dejar de decir lo que vieron y oyeron porque este mensaje anunciado otorga la comunión con el Padre y con el Hijo y con todos los que creen en él. Así de simple, ellos no hablaban lo que vieron para su propio beneficio o popularidad sino para que otros fueran bendecidos con su mensaje. ¿Tienes tú también desarrollado este sentido urgente de la obediencia para que otros sean cambiados por el poder de Dios? Jesús hizo y dijo; y tú, ¿has visto y oído? Entonces no calles, habla; comparte las buenas nuevas, se testigo de lo que sabes, muestra a otros cómo te ha cambiado y sobre todo recuerda que es injusto que los hombres y no Dios, sean quienes deciden qué es lo que puedes decir o no. Hacen falta más ojos y labios santificados para extender el evangelio del reino. 

¡Dios te bendiga!

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lunes, 16 de noviembre de 2015

HACIENDO Y DICIENDO

"En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar" - Hechos 1:1

    Sólo el Espíritu Santo podía dejarnos una introducción tan simple y a la vez poderosa y convincente sobre cómo era recordado Jesús en su vida y obra al inicio del libro de los Hechos y que registrará la continuidad de esas mismas obras, pero en la vida de los apóstoles. Cuando Lucas comenzó su segundo tratado dirigido a Teófilo, fue inspirado a mencionar a Jesús como alguien que hizo y dijo, un detalle extremadamente importante ya que es un asunto indiscutible para cualquier persona que desea que sus palabras sean tenidas en cuenta, que su vida respalde lo que dice con sus propios hechos. Cuando Jesús acusó a los líderes religiosos, advirtió sobre la hipocresía de los fariseos y dijo, "todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen" (Mt. 23:3) No se discute, los hipócritas escriben con la mano y borran con el codo. 
    ¡Qué tragedia es cuando la iglesia del Señor se conforma de habladores, actores y parlanchines que solamente entorpecen el testimonio del evangelio! El pastor Charles Stanley dijo una vez que hay tres letras "C" que son suficientes para describir lo que otros están observando en un cristiano. En primer lugar la Conducta, es lo que se ve inmediatamente. Luego sigue el Carácter, la manera de ser de la persona; y finalmente la Conversación, es decir las palabras de tal individuo. Nunca funciona a la inversa y si la conversación va primero, siempre se espera que la conducta y el carácter la autentiquen o la desvaloricen.  La vida de Jesús fue un ejemplo sublime de palabras con apoyo de vida, y su acción más sublime que fue dar su vida en la cruz le dio a sus palabras un eterno significado y valor. Cuando los dos discípulos del camino de Emaús recordaron la vida de Jesús, dijeron, "Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo." (Lc. 24:19) También fue el caso del sacerdote Esdras quien "había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos" (Esd. 7:10)
   ¿Y qué pasa contigo? "Siempre debes tener en cuenta que el "hacer" va primero que el "decir", porque el cristianismo es principalmente una vida y no una serie de enunciados. La enseñanza sigue luego, porque "la vida es la luz de los hombres" (Thomas) Somos llamados a proclamar el evangelio, a abrir nuestros labios y comunicar la verdad de estas buenas nuevas, pero es necesario velar también porque nuestras propias vidas sean un apoyo vivo y contundente de las palabras que decimos ya que esta es la voluntad de Dios para nosotros, "Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos" (1 Pe. 1:15). Ya hay suficiente incredulidad y excusas en los corazones de los hombres por causa de su ignorancia de Dios, no les des más argumentos con una vida que contradice tus palabras. Que nunca tengan que decirte, "Lo que tu haces habla tan fuerte que no me permite oír lo que dices."

¡Dios te bendiga!

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domingo, 15 de noviembre de 2015

DOS PALABRAS SOLAMENTE

"Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro)" - Juan 20:16

    No hizo falta un largo diálogo, ni muchas preguntas, ni una serie de palabras rebuscadas; no hizo falta una clase de teología, ni una repetición de profecías cumplidas, ni tampoco fue necesario un milagro o una aparición sobrenatural. Nada de eso; solamente un nombre por un lado, y otro nombre como respuesta por el otro lado. Tal es el trato íntimo que Jesús tiene con los suyos; con solo mencionar el nombre de ella, María se volvió hacia el Señor y lo llamó Maestro. Las circunstancias en que ella oyó su nombre y la respuesta que dio intensifican aún más el profundo amor que no pueden apagar las aguas. María buscaba el cuerpo del Señor; y la primera pregunta de Jesús al resucitar fue "¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?" (20:15). Ella buscaba un muerto, Jesús la inquirió por alguien vivo. De manera que al escuchar su nombre en la voz de su Maestro, toda la angustia, la tristeza, la pérdida de esperanza y la incertidumbre, se esfumaron para siempre. 
    ¿Es posible? ¿Puede ocurrir contigo y conmigo? Ya lo creo, lector; porque la voz del Amado al corazón de los suyos, sus ovejas; es la única que puede hacernos volver de la búsqueda de una paz pasajera a una permanente. Es que las preocupaciones hacen que otras cosas y otros sonidos tapen la voz del Señor de manera que nos hallamos a menudo como adormecidos y acongojados; perplejos y desorientados. Pero entonces se oye la voz del Señor; "¡María!" ¡Oh, qué gran dicha cuando habiendo hojeado por días y más días la Biblia, aumentando la cantidad de historias y capítulos leídos, repentinamente ella vuelve a ser para nosotros lo que siempre debió ser, la voz de Cristo!
    ¿Cuánto hace que no te vuelves al Señor tras escuchar que te llama por tu nombre? ¿Cuánto hace que tu lectura de la palabra de Dios no se transforma en un diálogo simple y corto; único y personal con tu Salvador, y en una relación que enriquece el alma?  Fueron sólo dos palabras entre Jesús y María, porque el mismo Señor había dicho "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen" (Jn. 10:27), y eso fue suficiente. Tú lo sabes también si has sido rescatado por el Buen Pastor, y debe continuar siendo el mayor anhelo seguir oyendo su voz. ¿Quieres mantener esa fresca y firme relación? El llama primero siempre, es su gracia la que nos despierta para reconocer su voz; y no obstante eso, sería especial que siempre tengamos a flor de labios las palabras del Cantar de los Cantares, "Apresúrate, amado mío" (8:14).

¡Dios te bendiga!

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sábado, 14 de noviembre de 2015

¿Y TÚ QUÉ PRECIO TIENES?

"Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido..." - Mateo 28:12-15

   La Biblia describe una y otra vez la profunda incredulidad, maldad y codicia del corazón del hombre. Lo hace por medio de declaraciones directas como "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jer. 17:9); o bien a través de ejemplos reales como el que relata el texto de hoy. Quizá pasaría desapercibido al lector si lo ve como una simple astucia de parte de los ancianos judíos y una oportunidad de hacer dinero fácil en el caso de los soldados, pero hay mucho más que eso, hay una siniestra manifestación de maldad y dureza de corazón porque lo que los soldados debían negar no era lo que oyeron o imaginaron; era lo que ellos mismos habían sentido y habían visto, "hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve" (28:2-4). Una experiencia inolvidable sin duda, seguida por la resurrección de Cristo. ¿Quién puede negar algo así? ¿Quién en su sano juicio ocultaría un hecho semejante? Sorpresa amigo, tú y yo con un corazón sin Dios y por una buena suma de dinero.
    Fue el primer intento de Satanás de acallar la certeza de la resurrección, de la victoria sobre la muerte y del sello de su derrota definitiva ¿cómo lo hizo? Con dinero. En una mentalidad necia cabe el razonamiento de un necio, "el dinero sirve para todo" (Ec. 10:19); y el diablo probó que era cierto porque los ancianos compraron la conciencia de los soldados por su amor al dinero ya que es bien sabido que "raíz de todos los males es el amor al dinero" (1 Ti. 6:10). Ellos lo hicieron a pesar de que era muy poco creíble porque debían contar que vieron algo ¡mientras dormían! y porque los discípulos que abandonaron al Señor no se atrevieran a hurtar el cuerpo; una historia que a nadie se le ocurriría validar como cierta. 
    No es ninguna sorpresa entonces lo acontecido si se entiende no desde los hechos sino desde la condición del corazón. Cierto es que Cristo dijo a Tomás "bienaventurados los que no vieron, y creyeron" (Jn. 20:29), porque aquí hay hombres que vieron, pero no creyeron. La Biblia contiene todos los hechos registrados y las verdades benditas concernientes a la persona de Jesús; aparte de ser un libro vivo, su historia es comprobable pero así y con todo cientos de miles siguen demostrando la verdad de que "todo hombre tiene su precio" y preferirán ignorar a Jesucristo por cualquier cosa que materialmente les resulte rentable y de satisfacción pasajera. El corazón es duro y está muerto. ¿Es este tu caso? ¿A pesar de toda la evidencia sobre Cristo, aún estás rechazando la verdad? Pero, aún si eres cristiano, ¿te encuentras negando su gracia, misericordia y bondad porque prefieres sacar provecho a tu imagen no perdiendo amistades y cosas por confesar a Jesús? ¡Oh, que el Señor nos libre de semejante conducta y traición!

¡Dios te bendiga!

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viernes, 13 de noviembre de 2015

EL ÚLTIMO QUE SALVÓ EN SU VIDA

"Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo:¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo" - Lucas 23:39-41

    Es una de las secuencias de la crucifixión y muerte de Cristo más recordadas; cuando pensamos en su muerte en la cruz, no solamente imaginamos su cruz sino otras dos a sus costados. Todos sabemos quiénes son los que las ocuparon, dos malhechores. Su presencia en el Gólgota no era una casualidad sino el cumplimiento de la profecía de Isaías, "y fue contado con los pecadores" (53:12b). Allí estaba a quien la misma palabra de Dios describe como bienhechor, "Bueno eres tú, y bienhechor" (Sal. 119:68) en medio de dos malhechores, ¡qué paradoja! Cuando Isaías escribió acerca de este acontecimiento inmediatamente agregó "habiendo él llevado el pecado de muchos" (53:12c), y no hay duda que sus palabras incluían a todos los que en todas las épocas han sido y serán lavados en la sangre de Cristo y salvados por su muerte. Pero poco imaginaba Isaías que uno de esos muchos sería salvado en la misma hora de la muerte del Autor de la vida.
    ¡Qué solemne manifestación de gracia y qué tremenda demostración de regeneración! Según Mateo 27:44 y Marcos 15:32 ambos criminales se unieron a la multitud en sus burlas contra Cristo. Pero con el paso de las horas, algo ocurrió; la convicción de pecado llegó a la conciencia de uno de ellos y experimentó el arrepentimiento. Su salvación fue instantánea y aunque él no lo supo inmediatamente, las evidencias primarias están allí en el mismo texto. El se identificó con Cristo al reprender a su compañero que continuó injuriando (gr. blasfemando); su entendimiento del temor de Dios cobró vida; la condenación humana de sus hechos le reflejó a su corazón la condenación divina que sabía que merecía; su condición como pecador perdido fue absolutamente reconocida al creer que padecía justamente, y su acertado conocimiento de la impecabilidad de Cristo fue confesado con sus labios sin dilatación.
    Así, Cristo es el ejemplo del mejor evangelista, del único Salvador eficaz, de aquel quien ama hasta lo sumo, y de alguien que perdona aún a los que no pueden hacer nada en sus vidas por él pero que se arrepienten y confiesan su nombre. No precisó mucho tiempo, no hizo ningún otro milagro, no predicó ningún otro sermón, no dijo otra parábola; pero con sus brazos extendidos y su corazón quebrantado amó hasta el fin a un convicto, sucio y olvidado pecador. ¿Por qué no lo podría hacer ahora que ha resucitado? ¿Por qué supones que tu caso es inútil? Que te sirva de lección, aprende que si tus pecados aún no han sido perdonados no es porque él no pueda hacerlo; recibe su gracia y acepta su perdón.

"Lugar hallarás allí, lugar hallarás allí;
millones habrá mas hay un lugar, 
en la cruz hallarás lugar"
- Ira F. Stanphill
 ¡Dios te bendiga!

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jueves, 12 de noviembre de 2015

¿CON QUÉ AGUA PRETENDES LAVARTE?

"Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros." - Mateo 27:24

    La historia del arte contiene cientos de retratos de acontecimientos bíblicos por medio de los cuales los artistas buscaron dejar un recuerdo visual de dichos momentos de la manera que ellos lo imaginaban. Cierto es que nada reemplaza, añade o transforma el mensaje que solamente la palabra de Dios puede comunicar con autoridad; pero una de esas pinturas es la obra "Cristo ante Pilato" del pintor italiano Jacopo Comin "Tintoretto" (1518-1594) y que forma parte de la serie Escenas de la vida de Cristo. La particularidad de esta obra de arte es que representa el momento en que Poncio Pilato se lava las manos en señal de inocencia delante de Cristo mismo y de los fariseos, pero su rostro está volteado hacia el costado y esquiva la mirada del Señor mientras deja que el agua corra por sus manos. Todo un mensaje sin duda.
    Pues claro que la palabra de Dios no precisa de imágenes para enseñarnos la verdad de que no existe un sólo ser humano en la faz de la tierra que no sea culpable de la muerte de Cristo y carente de inocencia en absoluto. Lo que profundiza la culpa de este gobernador romano de Judea es su reconocimiento de Jesucristo como justo, pero no haciendo nada por evitar su muerte sino buscando desligarse de cualquier responsabilidad que se le atribuya por la misma. Como bien lo representa el Tintoretto, todos los seres humanos buscan desviar su atención de la mirada de Cristo que escudriña los corazones; creen que pueden lavar sus manos con la falsa agua de la religión, las buenas obras, la moralidad o cualquier otra cosa que les gratifique la carne y les haga sentirse orgullosos de sus logros religiosos. Pero no existe tal cosa como aparentar inocencia porque todo lo que traemos a este mundo es una naturaleza pecaminosa que nos condena desde el primer aliento de vida.
    Pilato era tan o más culpable que los judíos, y cualquiera hoy en día lo es también pues conocemos toda la historia desde el otro lado de la cruz. Todos los años las personas recuerdan o el nacimiento de Cristo y también su muerte, o ambas cosas; pero llevan vidas completamente ajenas a  la voluntad de Dios, ignoran la Biblia y por ende ignoran sus pecados y transgresiones pero pretenden tener manos lavadas con agua de inocencia, creen no tener nada que ver con la muerte de Cristo de manera personal. Amigo, cuando la palabra de Dios declara que "Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores" (1 Ti. 1:15) no solamente está destruyendo tu idea de ser un inocente, sino que está afirmando que eres todo lo opuesto. No te valdrá de nada buscar desviar tu atención de esta verdad, nada cambiará el hecho. Te recomiendo que dejes de excusarte, veas que tienes la sangre del Hijo de Dios en tus manos, y que cambies tu forma de pensar en cuanto a ella; en lugar de ser un medio de condenación, cree en el Señor Jesucristo, arrepentido de tus pecados y la misma sangre de Cristo te limpiará de todo pecado y maldad (1 Jn. 1:9).

¡Dios te bendiga!

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miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL VERDADERO OBJETIVO

"Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad" - Juan 17:17

    Cualquier maestro y enseñador sabe que tener un objetivo definido es de más valor e importancia que poseer un montón de ideas buenas pero que no conducen a nada. Pero quien sabe hacia dónde quiere conducir a sus alumnos tiene verdadero éxito y sus logros serán perdurables. No hay ninguna cosa que sea más importante entender que el objetivo de Dios para la vida de sus hijos; si un creyente mantiene su mente ordenada, limpia y concentrada en lo que Dios desea para él; entonces será dichoso todos los días de su vida. Como no puede ser de otra manera, la Biblia es el lugar donde se encuentra este objetivo, el cual fue motivo de oración de parte del mismo Señor Jesucristo en su petición final al Padre por todos sus discípulos.
    La palabra de Dios no nos fue dejada para acumular conocimiento; sino para desarrollar santidad por medio de su poder intrínseco al ser un libro vivo, respirado por Dios. Tiene la propiedad de ser verdad, la única verdad que transforma absoluta y no relativamente; completa y no parcialmente; separa del pecado y acerca hacia a Dios. Es el medio divino por el cual comunica a sus hijos todo lo que concierne a su voluntad general y su voluntad específica para cada uno de ellos; y todo siempre, con el fin de hacernos y mostrarnos más semejantes a su Hijo, santificados. 
    El mismo medio que nos comunicó el evangelio y nos hizo santos en posición ante Dios, "El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad" (Stgo. 1:18); es el mismo que nos mantiene santos en práctica como lo enseña el texto de hoy. Cabe preguntar entonces por qué tienes una Biblia y por qué la lees, ¿acaso es sólo para tener más sabiduría, más entendimiento, o más conocimiento? Claro que estas cosas promueve la Biblia también, pero su principal objetivo es la santificación, "sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está:Sed santos, porque yo soy santo" (1 Pe. 1:15-16). Leer tu Biblia es conocer la verdad, no sólo que te hace libre (Jn. 8:32) sino que también te hará aborrecer el pecado y amar aún más el obedecer a Dios. 

¡Dios te bendiga!

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martes, 10 de noviembre de 2015

LEBRILLO & TOALLA ®

..."sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido". - Juan 13:3-5

    Debería ser uniforme en todos los discípulos de Cristo tal y como el mismo Señor lo quiso comunicar; pero no es así generalmente. ¿De qué se trata? De uno de los ejemplos más sublimes que dejó el Salvador en este mundo: Servir. El evangelista Juan, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo deja constancia de que el acto de Jesús al lavar los pies de los discípulos fue realizado mientras él era consciente acerca de la autoridad que tenía dada por el Padre, su origen divino y su destino divino. Esta mención profundiza la actitud y carácter humilde del Señor como también su amor por aquellos a quienes instruyó durante tres largos años. Es que el acto en reverso del Maestro lavando los pies de ellos cuando eran ellos quienes debían hacerlo por él es "un acto de renuncia imperial" (Phillips), y uno que coloca el papel de siervo en el primer lugar, o al menos destaca sin lugar a dudas la importancia que reviste en el reino de los cielos que los cristianos sean semejantes a su Señor, especialmente en este hecho.  El apóstol Pablo escribió a los creyentes de Filipos unos años después, les recordó que Jesús "se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres." (Fil. 2:7).
    Fue un acto silencioso, pero fue un acción notable donde las palabras no hicieron falta porque el sonido del lebrillo colocado en el piso, y la imagen de la toalla ciñéndose sobre el pecho del Salvador y el movimiento del agua, fueron la presentación que hizo la Divinidad y el cielo ante los discípulos para enseñarles sucinta pero eficazmente que el acto deliberado del Creador, contenía el mensaje más importante y la lección más espléndida que les hacía falta en ese momento. Debemos imaginar con total seguridad que los apóstoles, sentados ya todos en la mesa, se preguntarían quién de todos ellos sería el más indicado para tomar el paso de llevar a cabo el acto servil. No habían aprendido aún que el más grande es siempre el que sirve.
    ¿Cuándo aprenderemos todo lo que puede lograr una conducta silenciosa que sirve al prójimo? ¿Cuándo haremos de la acción más sencilla el puente más fuerte que sirva para unir relaciones quebrantadas desde hace tiempo? Nos hacen falta más lebrillos y toallas en nuestra relación con nuestros semejantes, especialmente con otros cristianos que también son amados por el Salvador. ¿Estás esperando sentado a la mesa para ver quién hará lo que se supone que todos deberíamos hacer, esto es, servir? Tu y yo no poseemos un origen divino ni merecemos un destino divino, sin embargo hemos sido hechos participantes de la naturaleza divina; ¿cómo es que no podemos comportarnos como nuestro Señor habiendo visto su propio ejemplo? Puede que la próxima vez que pongas tu mano en el hombro de alguien y le preguntes cómo orar por él, sea esto un lebrillo y una toalla que sorprenderá a tu prójimo y establecerá una relación perdurable por amor a Cristo. Haz la prueba, es la marca registrada de los hijos de Dios. Alguien expresó básicamente de esta manera lo que debemos practicar:

"El espacio existente entre nosotros, muchas veces
es más grande que la distancia que hay entre las estrellas;
pero por medio del frágil puente que se ve en el Salvador inclinado
acortamos la separación cuando lo imitamos tomando 
el lebrillo y la toalla en nuestra vida diaria." 
- Michael Card -

¡Dios te bendiga!

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lunes, 9 de noviembre de 2015

Y SÍ, PUEDE SUCEDER

"Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis" - Marcos 14:71

    El hombre que hizo esto no era un ladrón; tampoco era un idólatra y pagano. No estaba habituado a la mala vida, ni las malas compañías, ni a frecuentar malos lugares. No era un vicioso, ni borracho, ni pendenciero; tampoco era un hombre ingrato ni egoísta. Todo lo contrario; vivió tres años al lado de Jesús, dejó todo lo que tenía y hacía para seguirlo; echó fuera demonios bajo su autoridad, caminó sobre las aguas en un mar en tempestad, tuvo revelación directa del Padre acerca de la identidad de su Maestro como el Cristo, el Hijo de Dios; experimentó con sus propios ojos la majestad de Jesús y oyó con sus oídos la voz de Dios que provenía desde la magnífica gloria. Su nombre es Pedro, fue apóstol de Cristo, se le concedieron las llaves del reino de los cielos y tendrá uno de los doce tronos destinados para sentarse y juzgar a las doce tribus de Israel y uno de los doce cimientos de la Nueva Jerusalén también llevará su nombre.
    Sin embargo, en el momento más crucial de la vida de Jesús, este mismo hombre que recibió de su parte la vida eterna y tantos beneficios eternos, aquí se halla maldiciendo y jurando que no lo conoce. ¿Es eso posible? Lo es; triste y lamentable como se vea, pero es la verdad. La maldición y el juramento de Pedro eran sobre sí mismos, no se trataba de maldiciones o juramentos como los que oímos a menudo de parte de las personas enojadas. Simplemente, Pedro estaba negando que conocía o tenía relación alguna con Jesús.
    Son lecciones que nunca debemos olvidar; aún con la presencia del Espíritu de Dios morando en la vida de los cristianos renacidos, inclusive esto no cambia la realidad del veneno que existe en el corazón engañoso, y tan solo descuidando un momento la relación con Cristo que únicamente la gracia de Dios puede mantener saludable, entonces nos encontraremos haciendo lo mismo que Pedro aún y cuando nosotros poseemos toda la Biblia para mayor testimonio de la fidelidad de Dios. No hay ninguna garantía que asegure que, como el apóstol a quien Jesús puso por sobrenombre "Piedra" (Cefas), tampoco nosotros no habremos de caer tan bajo en nuestro andar como discípulos dando un ejemplo negativo de lo que no debe hacerse al seguir a Cristo. Si te encuentras en un limbo en esta hora, tentado a negar a tu Salvador, recibe la gracia de Dios para confesarlo e identificarte plenamente con él a la vez que dejas de excusar tu corazón y reconoces el potencial de hipocresía y traición que se halla en su interior.  El mismo Pedro dijo años después, "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pe. 5:8)

¡Dios te bendiga!

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domingo, 8 de noviembre de 2015

INTRANSFERIBLE

"Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan." - Mateo 25:6-8

   Llegando al final de su ministerio, próximo a la cruz; el Señor Jesucristo respondió a sus discípulos preguntas acerca de los tiempos del fin y que involucraba a la nación de Israel. Muchas de sus enseñanzas, las principales de ellas, fueron dadas por intermedio de parábolas que ilustraban lecciones solemnes. Una de estas tiene que ver con las diez vírgenes que representan la condición de la nación al final del periodo que se conoce como la tribulación y que abarcará un lapso completo de siete años, al fin de los cuales ocurrirá, entre otras cosas, un proceso de separación de los falsos creyentes profesantes de entre los genuinos.
    Note el lector que las diez vírgenes que esperaban al esposo, todas ellas tenían la misma apariencia exterior, las mismas lámparas y el mismo aceite dentro de ellas; pero cinco de ellas eran insensatas, todo lo cual indica la similitud que existirá entre los falsos y los verdaderos creyentes en ese periodo futuro de la historia. Por supuesto que no es algo nuevo el asunto del parecido entre los pecadores perdonados y los pecadores perdidos, siempre han existido los auto convencidos que jamás han reparado diligentemente en la verdadera condición del corazón. 
    Pero lo que llama la atención del texto de hoy es que estas mismas cinco vírgenes insensatas creyeron que podían pedir prestado el aceite que les faltaba en el momento de mayor necesidad, "Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan"; algo que no fue posible en ninguna manera. No se puede transferir la vida y los privilegios espirituales de la misma forma que no podemos transferir parte de nuestra vida a otros.
    "Ninguna persona salvada puede ser salvador de otro, la gracia de Dios es intransferible" (MacArthur). Llegará el día en que todos habrán de rendir cuentas ante el Señor, la falta de un fundamento firme como es la confianza en la obra de su cruz determinará una perdición segura por toda la eternidad. ¿Cuál es tu confianza? ¿Acaso crees que parecerte a un cristiano es como una especie de garantía de que un día lo serás completamente? No es así; puedes creer que estas preparado porque tienes una lámpara y la apariencia de una virgen prudente, pero es sólo un parecido; no tienes el aceite necesario. Te aconsejo que hoy compres el que te hace falta, recibe por fe la salvación que Cristo ofrece y deja de aparentar, transfórmate en alguien prudente recibiendo el perdón de tus pecados y la justificación por la fe en Jesucristo.

¡Dios te bendiga!

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sábado, 7 de noviembre de 2015

SIN CALENDARIOS NI RELOJES

 "Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre" - Mateo 24:36

    Te habrás percatado en alguna oportunidad, que eventos de gran envergadura que han de llevarse a cabo, como los Juegos Olímpicos o la Copa Mundial de fútbol, poseen un sitio en internet donde al entrar se puede observar un reloj y calendario que marcan una cuenta regresiva acercándose paulatinamente al momento de inicio del acontecimiento promocionado. De manera que cualquier persona puede saber con exactitud cuándo sucederá lo que se espera con tanta anticipación.
    Luego de la venida de Cristo a este mundo para dar su vida en rescate por muchos, el próximo y más importante evento futuro será su regreso en gloria. De su primera venida se nos dice que "los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos." (1 Pe. 1:10-11)  Sin embargo, de su segunda venida el mismo Señor Jesús dijo que no hay registro alguno de fechas u horarios sino que es un asunto soberanamente conocido por el Padre. Incluso luego de su resurrección el Señor dijo a sus discípulos que no les tocaba a ellos conocer "los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad" (Hch. 1:7)
    Lo que sí es cierto tanto en su declaración de los evangelios como en el libro de los Hechos de los apóstoles, es que el Señor buscaba que sus discípulos consideraran ser testigos de él e hicieran de "la fidelidad, la vigilancia, la mayordomía, la esperanza y la preparación" (MacArthur) su meta y mayor objetivo. A medida que el tiempo transcurre son muchos los que hacen de los eventos futuros en cuanto a la venida de Cristo un tema de peligrosos vaticinios y falsas predicciones; pero quienes aman a Dios deben tomar su palabra revelada con temor y reverencia, mientras mantienen el testimonio del evangelio de forma clara y constante y resisten la ola de tentaciones que busca empañar la gloria de Dios en sus vidas como testigos de Jesucristo.
   No hagas cálculos ni especulaciones, pero ocúpate en obedecer lo que está revelado y deja lo que no lo está en las manos soberanas de Dios.

¡Dios te bendiga!

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