viernes, 4 de diciembre de 2015

NINGÚN ENVASE DE LUJO

"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos." - 2 Corintios 4:7-10

    ¿Has visto en las joyerías cómo se exponen a la vista del público las piezas de oro o con piedras preciosas? Y si has tenido la oportunidad de comprar u observar la venta de algunas de estas cosas, ¿recuerdas el tipo de envase y presentación que usaron para entregarlo? Quizá una hermosa caja aterciopelada, o con algún tipo de decorativo que destaque en la presentación; en fin, los vendedores tienen todo en control a la hora de hacer quedar bien al comprador y a la casa vendedora, y el valor de la compra es directamente proporcional al tipo de envoltorio que llevará el obsequio al salir del comercio.
    El evangelio de Jesucristo, quien es el tesoro más grande que alguien puede tener, incomparable a cualquier joya preciosa o valor que este mundo pueda ofrecer; es entregado al mundo no en envoltorios destacados, sino vasos de barro. Así es como Pablo se considera a sí mismo y a todos aquellos que han creído en Jesucristo, simples vasos de barro. Es profundamente instructivo entender que el apóstol Pablo se estaba refiriendo a vasijas de barro cocido utilizadas para almacenar desechos de origen orgánico; y por lo tanto absolutamente "prescindibles, comunes y reemplazables" (MacArthur). ¿Qué importa entonces lo de afuera si lo que se lleva adentro es incomparable? Y por esta razón los hijos de Dios, cuando tienen en claro este principio, pueden atravesar la tribulación, sin hundirse en la angustia; pueden estar en apuros, pero nunca desesperan; quizá padezcan persecución, pero nunca sienten que están desamparados; a veces están derribados, pero nunca se consideran destruidos. 
    El privilegio de anunciar el evangelio, la dicha de comunicar el mensaje de salvación es un contraste absoluto y definitivo con el hecho de saber y entender que somos prescindibles, pero que en su gracia y misericordia "lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia." (1 Cor. 1:27-29). Recuerda esto siempre; no significa tener poca estima de uno mismo... es no tener ninguna estima cuando sabemos que Dios ha puesto un tesoro en nuestras vidas. Se trata de El y no de nosotros; no somos un envase de lujo, pero lo que llevamos dentro hace que ni siquiera pensemos los que somos; ¡llevamos la vida de Jesús en nuestros cuerpos!

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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